JAIME ARTURO FRANCO ALZATE
Docente Educación Religiosa
Colegio Carlos Albán Holguín
No hemos escuchado el grito de nuestro planeta enfermo mientras estamos en mares agitados, te suplicamos: “Despierta, Señor. Nos hemos dejado absorber por lo material y trastornar por la prisa. No nos hemos detenido ante sus llamadas, tampoco nos hemos despertado ante guerras e injusticias del mundo ni hemos escuchado el grito de los pobres y de nuestro planeta gravemente enfermo, hemos continuado imperturbables, pensando en mantenernos siempre sanos en un mundo enfermo.
“Señor, nos diriges una llamada, una llamada a la fe. Que no es tanto creer que Tú existes, sino ir hacia ti y confiar en ti” dice Francisco. En esta Cuaresma resuena la llamada urgente: “Convertíos” en la que se nos llama a tomar este tiempo de prueba como un momento de elección. “No es el momento de tu juicio, sino de nuestro juicio – el tiempo para elegir entre lo que cuenta verdaderamente y lo que pasa, para separar lo que es necesario de lo que no lo es. También es el tiempo de restablecer el rumbo de la vida hacia ti, Señor, y hacia los demás.
Sigamos el ejemplo de las personas ejemplares, corrientemente olvidadas, dirijamos nuestra mirada a tantos compañeros de viaje que son ejemplares, pues, “ante el miedo – dice – han reaccionado dando la propia vida. El Papa se refiere a la generosa entrega de personas comunes “corrientemente olvidadas” que no aparecen en portadas de diarios y de revistas, ni en las grandes pasarelas del último show pero, sin lugar a dudas, están escribiendo hoy los acontecimientos decisivos de nuestra historia: médicos, enfermeros y enfermeras, encargados de reponer los productos en los supermercados, limpiadoras, cuidadoras, transportistas, fuerzas de seguridad, voluntarios, sacerdotes, religiosas y tantos pero tantos otros que comprendieron que nadie se salva solo.
La oración y el servicio silencioso son nuestras armas vencedoras.
El comienzo de la fe es saber que necesitamos la salvación. Invitemos a Jesús a la barca de nuestra vida y entreguémosle nuestros temores, para que los venza, así experimentaremos, al igual que los discípulos, que con Él a bordo, no se naufraga. Tenemos un ancla: en su Cruz hemos sido salvados. Tenemos un timón: en su Cruz hemos sido rescatados. Tenemos una esperanza: en su Cruz hemos sido sanados y abrazados para que nadie ni nada nos separe de su amor redentor.
Señor bendice al mundo, de salud a los cuerpos y consuele los corazones. Nos pides que no sintamos temor, pero nuestra fe es débil y tenemos miedo.
Sólo le pido a Dios
que el dolor no me sea indiferente,
que la reseca
muerte no me encuentre
vacío y solo sin haber hecho lo suficiente.
Sólo le pido a Dios
que lo injusto no me sea indiferente,
que no me abofeteen la otra mejilla
después que una garra me arañe esta suerte.
Sólo le pido a Dios
que la guerra no me sea indiferente,
es un monstruo grande y pisa fuerte
toda la pobre inocencia de la gente.
Sólo le pido a Dios
que el engaño no me sea indiferente
si un traidor puede más que unos cuantos,
que esos cantos no lo olviden fácilmente.
Sólo le pido a Dios
que el futuro no me sea indiferente,
desahuciado está el que tiene que marchar
a vivir una cultura diferente.
UNA SOCIEDAD QUE FESTEJA
Vemos cotidianamente cómo nuestra sociedad se fundamenta sobre celebraciones y encontramos el día propicio para cada quien.
El día de la mujer, hermosa, dadora de vida; el día del maestro, del médico, de la secretaria… la lista no termina. Empero qué dualidad, una sociedad que festeja y se desangra. Individuos altivos en felicitar, e hipócritas al marchar, que bendicen en frente y maldicen detrás. Bien lo expresa Epicuro: “Si dios prestara oídos a las súplicas de los hombres, pronto todos los hombres perecerían porque de continuo piden muchos males los unos contra los otros”. (Sobre la Felicidad No. 14)
Ésta sociedad que se muestra turbia y desesperanzadora tiene que entender que se tiene que asumir un verdadero compromiso y criterio a partir del respeto por la Dignidad de la Persona, creciendo en la coherencia de vida, realmente festejando el día del Ser, no de quien busque con apariencias –tener- pues esto sólo lograría llenarlo de vacío, intranquilidad y superficialidad.
De ahí la relevancia en que la educación centre su mirada en las virtudes humanas como sello dignificador en las vivencias de las relaciones interpersonales. Ante ello nos aporta Epicuro: “La prudencia es incluso más apreciable que la filosofía; de ella nacen todas las demás virtudes, porque enseña que no es posible vivir feliz, sin vivir sensata, honesta y justamente, ni vivir sensata, honesta y justamente, sin vivir feliz. Las virtudes en efecto están unidas a la vida feliz” (ídem. P. 28).
Cuan enseñanza nos deja la prudencia en momentos de angustia y soledad, de conflicto y falsedad, qué aportaciones sobre el saber actuar. Son actos que debemos volver constantes, es decir, convertir en costumbres y por supuesto en excelentes hábitos. Así se consigue el hábito de respetar, de escuchar, de hacer muy bien las cosas y de crecer moralmente.
“A menudo, la gente se esfuerza en adquirir una sola orientación anímica, una forma única de ver las cosas, que sea aplicable a todas las situaciones y a todos los sucesos de la vida y a eso se le llama tener espíritu filosófico. Sin embargo, para el enriquecimiento de la conciencia se puede ser más beneficioso no uniformarse así, sino escuchar más bien la voz prudente de las distintas situaciones de la vida, las cuales encierran su propio punto de vista. De ésta manera se participa mediante el conocimiento en la vida y en la naturaleza de muchos seres dado que ya no nos consideramos como un individuo constante, fijo y único” (F. Nietzsche, Humano demasiado humano).
De ésta manera la voz de las situaciones nos anima a revitalizar nuestras relaciones sin escepticismo, con plena voluntad, a ver en el –alter- aquel que deseo enaltecer, así el entronque del crecimiento personal y social hace funcionar con dinamismo y coherencia el motor dialéctico de la vida, cuando incluso en lo que decimos, ya que la palabra tiene poder y “De lo que abunda en el corazón, habla la boca” (Lc. 6,45)
Por: JAIME ARTURO FRANCO ALZATE
GUERRA EN SIRIA
A lo largo de la historia y aún en nuestro tiempo se han suscitado múltiples guerras donde se involucran motivos religiosos que van íntimamente ligados a intereses políticos, la más renombrada la que se ubica en el medio oriente, Siria, protagonizada por el Estado Islámico, conocido como ISIS. Éste grupo estableció un califato, que es una forma de Estado dirigido por un líder político y religioso de acuerdo con la ley islámica o sharia, que controla un territorio entre los Estados de Siria e Irak y que pretende recibir el apoyo total del mundo musulmán.
Aunque sólo tiene presencia en estos dos países, prometió "romper las fronteras" del Líbano y Jordania con el fin de "liberar a Palestina".
Ha pedido el apoyo de los musulmanes de todo el mundo y demanda que todos juren lealtad a su líder (califa), Abu Bakr al-Baghdadi.
POR QUÉ EL NOMBRE DE EXTREMISTAS?
Los miembros de Estado Islámico son yihadistas que tienen una interpretación extremista de la rama sunita del islam y creen que ellos son los únicos creyentes reales.
Su visión del resto del mundo está basada en el hecho de que los no creyentes quieren destruir su religión, justificando de esa forma sus ataques contra otros musulmanes y no musulmanes.
Las decapitaciones, crucifixiones y asesinatos en masa han sido utilizados para atemorizar a sus enemigos. En medio de este panorama de horror, los miembros de EI justifican sus actos citando los versos del Corán que dicen algo como "golpear la cabeza" de los no creyentes.
GUERRA RELIGIOSA
ISIS es un grupo islamita suní, por lo que gran parte de su brutal violencia está dirigida a los miembros de la religión chiita. Además, naturalmente, adhiere a los principios de la yihad, que es básicamente el fundamentalismo islámico que apela a la violencia y al terrorismo en nombre de su religión.
En los territorios dominados por ISIS, también se ordenó la expulsión de todos los cristianos que se nieguen a convertirse al Islam, al mismo tiempo que se han denunciado decapitaciones masivas.
POR QUÉ LA TENDENCIA A LA GUERRA
Ya que el ser humano tiende a visualizar, puntualizar y profundizar en las diferencias más que en las semejanzas.
Se ofende y/o agrede por minucias, por cosas irrelevantes en una época donde nos eufanarnos por los adelantos científicos y tecnológicos, pero qué lejos estamos de vivir como personas civilizadas; ya el valor de la vida se ha trastocado, se mata por un celular, una bici, por protestar o diferir de otros individuos.
Podría atribuir estos problemas a la falta de respeto, falta de tolerancia, a una pseudo-interpretación de la Palabra de Dios… a la falta de educación y a la postre a la falta de Dios porque no está en los corazones de las personas.
VOLVER LA MIRADA A DIOS
Hoy muchas personas caminan desorientadas en sus vidas, con vacíos en sus corazones, sienten que pocas situaciones llenan sus vidas, se han entregado a los vicios, al odio o rencor, al deseo de venganza, o incluso a la soledad; condiciones que destruyen el corazón.
Hay que volver la mirada a Dios, “reflexionemos seriamente en nuestra conducta y volvamos nuevamente al Señor. Elevemos al Dios del cielo nuestros pensamientos y oraciones”. (Lamentaciones, 3,40-41).
Por: JAIME ARTURO FRANCO ALZATE
PAZ
La Rabia y el Rencor: El motivo más obvio para perdonar el liberarnos de los efectos debilitadores de la rabia y el rencor crónicos. Estas dos emociones son las que más convierten el perdón en un desafío, a la vez que en una grata posibilidad para quien desee una paz mayor. La rabia y el rencor son emociones muy fuertes que desgastan nuestra energía de muchas maneras.
Cuando vayas quitando las capas, probablemente descubrirás que esa rabia en realidad es un sentimiento superficial. Hay muchos otros sentimientos por debajo de él. Cuando nos perdemos en la rabia nos volvemos sordos a nuestros sentimientos más profundos. Hemos aprendido a escuchar solo los que saben gritar más fuerte.
Haz una pausa y piensa en alguna ocasión que te hayas enfadado. ¿Cómo te sentías?...Ahora interioriza en tus sentimientos ¿Ves miedo bajo tu rabia? ¿Sientes que te han herido o abandonado? ¿Hay frustración o tristeza?.
La rabia crónica nos impide comprender que, independientemente de nuestra relación actual con quien nos la provocó en un comienzo, somos responsables de aferrarnos a ella o de tomar la decisión consciente de dejarla marchar y liberarnos. (Robin Casarjiar, Perdonar, Ediciones Urano 1998)
ORACIÓN BUDISTA POR LA PAZ
¡Que se liberen rápidamente a todos los acosados por los sufrimientos del cuerpo y de la mente! ¡Que sean libres los esclavizados! ¡Que los débiles recuperen la fortaleza! ¡Que toda persona piense en hacer amistad con otros! ¡Que aquellos – niños, jóvenes, adultos y ancianos – que se encuentran en un desierto, temerosos y sin rastro, sean protegidos por fuerzas celestiales y que rápidamente logren la paz y la serenidad de Buda!
ORACIÓN BAHA´I POR LA PAZ
Sed generosos en la prosperidad, y agradecidos en la adversidad. Sed justos en vuestros juicios y cuidadosos en vuestros discursos. Sed lámpara para los que caminan en la oscuridad y un hogar acogedor para el extranjero. Sed ojos para los ciegos, y luz para guiar los pies de los equivocados. Sed aliento que dé vida al cuerpo de la humanidad, rocío al corazón humano, y fruta del árbol de la humildad.
ORACIÓN HINDÚ POR LA PAZ
Oh Dios, llévanos de lo irreal a lo real Oh Dios, llévanos de la oscuridad a la luz Oh Dios, llévanos de la muerte a la inmortalidad. Oh, Señor Dios, Todopoderoso: ¡Que haya paz en las regiones celestiales! ¡Qué haya paz en la Tierra! ¡Que las aguas estén agradables! ¡Que las hierbas de mayo sean sanas y que los árboles y las plantas traigan paz a todos! ¡Que toda cosa sea fuente de paz para nosotros! ¡Que los seres benevolentes nos traigan paz! ¡Que la Ley Védica propague paz por todo el mundo! ¡Que tu paz misma conceda paz a toda la humanidad y a mí también!
ORACIÓN JUDÍA POR LA PAZ
Subamos al Monte del Señor para que caminemos por los senderos del Altísimo. Con su fuerza transformaremos las espadas en arados y nuestras lanzas en herramientas de podar. Las naciones no alzarán la espada contra otras, ni se adiestrarán más para la guerra. Y ninguno tendrá miedo, porque la boca del Señor ha hablado.
ORACIÓN MUSULMANA POR LA PAZ
En el nombre de Alá, el Bueno, el Misericordioso. Alabado sea, el Señor del universo que nos ha creado y nos ha formado repartiéndonos en tribus y naciones. ¡Que nos conozcamos y no nos despreciemos! Si el enemigo está dispuesto a hacer la paz, dispongámonos también nosotros a buscarla. Y confía en Dios, porque Alá, el señor, es el único que escucha y sabe todas las cosas. Siervos de Dios, llenos de gracia son aquellos que caminan en la Tierra con humildad y saludan a sus semejantes diciendo “Paz”.
ORACIÓN SINTOÍSTA POR LA PAZ
Si las personas que viven al otro lado del océano que nos rodea son nuestros hermanos y hermanas. ¿Por qué hay tantos problemas constantes en este mundo? ¿Por qué suben vientos y olas en el océano que nos rodea? Yo sólo deseo que el viento sople todas las nubes que están colgadas en las cimas de las montañas.
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